viernes, 22 de febrero de 2019

El  tejado de la ermita de Santa Águeda se encontraba en 1.998 en un estado pésimo, habiendo perdido gran parte de las canales y con gran riesgo de seguir perdiéndolas debido a los agentes meteorológicos. Por otro lado, las filtraciones del agua de lluvia suponían otro riesgo añadido a la conservación de dicho Monumento. Ante la incapacidad económica de la Hermandad de sufragar los gastos y la negativa del Obispado de Huelva a conceder ninguna ayuda, asumí como alcalde dicha responsabilidad, llevándose a cabo las obras con fondos propios municipales, y, lo más importante: hecho por albañiles villalberos, cosa que muchos decían que no era posible.




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